Corregir tu novela: un paso necesario para publicar
La corrección de un manuscrito es su revisión completa en busca de errores antes de su publicación.
Es un proceso que todo libro debería pasar antes de ir a impresión y que tiene que hacer una persona que no sea el escritor, preferiblemente un corrector profesional.
Una corrección no es lo mismo que una lectura cero, que se hace para valorar la calidad de la obra y a veces puede incluir sugerencias de mejora.
Un corrector leerá el manuscrito completo y trabajará sobre él párrafo a párrafo.
Lo habitual es que sean las editoriales las que se encarguen de realizar o encargar las correcciones antes de publicar, pero lo cierto es que cada vez es más común que se ahorren alguna de las tres que son recomendables.
¿Tres? ¿Por qué se hacen tres? Primero, es una recomendación, cada caso es diferente y cada editorial también. Sin embargo, se dice que son tres porque hay varios tipos.
La corrección de estilo, la ortotipográfica y la última revisión, que suele ser ya sobre la maqueta.
Veamos las diferencias entre ellas.
Corrección de estilo de una novela
La corrección de estilo debería ser siempre la primera que hacer cuando el autor ya ha dado su manuscrito por terminado. Es curioso, porque se podría decir que la corrección de estilo lo corrige todo menos el estilo del autor.
Es una corrección delicada, que se tiene que asegurar de que el texto es comprensible para el público al que va dirigido (debe tener en cuenta las variedades geográficas y sociales de la lengua).
Es la corrección que yo hago y también la que cada vez más editoriales intentan evitar, simplemente eligiendo manuscritos que ya tengan depurado el estilo. Por ello, muchas veces corre a cargo del autor.
Los elementos que se revisan, con el objetivo de hacer el texto fluido, son:
La estructura interna del texto, para comprobar si se sostiene. Por ejemplo, comprobamos si se mantiene el punto de vista durante toda la obra, si hay incoherencias en algún detalle de la trama, si la información se presenta en un orden que permite comprender la historia…
Los errores gramaticales.
El léxico. El vocabulario debe ser adecuado al público y a la obra (por ejemplo si una obra está ambientada en otra época hay muchas palabras que no se podrán usar). También es importante que sea variado, sin muletillas y preciso.
Las inconsistencias sintácticas. Se corrigen errores de concordancia, correlación de tiempos verbales, fallos en el uso de las preposiciones…
La fluidez. Para mejorar la fluidez y la cohesión de un texto se pueden añadir conectores, cambiar el orden de las frases, eliminar pleonasmos, sintetizar o dividir oraciones.
Corrección ortotipográfica de una novela
La corrección ortotipográfica comprende aspectos mucho más objetivos, pretende adecuar el texto a las normas de una lengua. Así, se fija en:
Puntuación (se corregirá sólo aquella puntuación que no dependa del estilo, es decir, los casos en los que la norma sea clara, como quitar las comas entre sujeto y predicado).
Ortografía, que deberá ajustarse a las normas de la RAE. Por ejemplo, el uso correcto de mayúsculas, tildes, abreviaturas, escritura de símbolos, magnitudes, cifras…
Se adecuará el uso de los recursos tipográficos (cursiva, negrita, comillas o versalitas, por ejemplo) a las normas de la RAE y a las de la editorial, unificando los criterios.
Si se hace en el texto ya maquetado (listo para imprimir), se corregirán también errores en la disposición del texto, como sílabas que se repiten en líneas consecutivas, palabras mal partidas, líneas viudas (que la última línea de un párrafo no quede sola al principio de la página siguiente) o huérfanas (que la primera línea de un párrafo no aparezca al final de una página).
¿En qué casos se hace una corrección ortotipográfica de un manuscrito y cuándo una de estilo? ¿Hay más correcciones?
Como ya hemos dicho, lo recomendable es hacer primero una corrección de estilo, luego una ortotipográfica (mejor si son profesionales diferentes) y, por último una revisión última de la maqueta por nuevos ojos (habitualmente los del editor).
Lo cierto es que en muchos casos esto no se cumple. Es habitual que las editoriales prescindan de la revisión de estilo, publicando solo manuscritos con un estilo ya depurado o confiando en el estilo de sus traductores.
En ese caso, será recomendable que el autor la contrate por su cuenta si quiere publicar en algunas de esas editoriales.
En el caso de los autopublicados, muchas veces no llevan ninguna de las dos. En mi opinión, es posible prescindir de la de estilo, pero nunca de la ortotipográfica.
Yo solo hago correcciones de estilo, porque es gran parte de lo que se aplica en los talleres de escritura que imparto, aunque conozco correctores ortotipográficos muy buenos con los que a veces trabajo.
Si ya tienes tu manuscrito terminado y no tienes claro si merece la pena corregirlo o no, contacta conmigo y hablamos de las posibilidades.